Se llama D

Es Destino o sólo casualidad. Me gusta ver que a veces, en aquellos días en los que andas más perdido, de repente ocurre algo, y vuelves a retomar la perspectiva.

No hay nada más importante que tener una buena perspectiva personal, y en alguna ocasión, necesitas de varias casualidades para reparar algunos descarrilamientos.

Empecemos el día retrospectivamente, dándome cuenta de que lo que escribí hace tres años hoy sigue vigente. Porque al hablar del destino, de aquellas señales, descubro que esa gente a la que me refería, sigue existiendo. Los manipuladores, que se alimentan de que les hagas tu centro de atención. La gente oscura, que cínicamente culpabilizan ante tu mirada inocente. Y aún sabiendo y viendo como son, les dejas actuar.

Y de esa retrospectiva nace una nueva sacudida temporal, la vida la elegimos día a día.

Y para volver necesitas de más casualidades por si fueran pocas, ya que parece que esa sacudida no te despertó de tu letargo temporal.

¿Cuántos kilómetros hay? Los suficientes como para saber que otra casualidad te hace abrir los ojos. Hablando de la vida, del amor y de un libro inacabado, y descubriendo que en ese momento la descarga era necesaria para dos, y que la casualidad no te correspondía a ti sólo.

Y en ese momento te ves reflejado en lo que lees, y sabes que sientes lo mismo que sienten, y vuelves más atrás en el tiempo si cabe, oyendo aquel consejo que nunca deberías olvidar. Los grandes consejos sólo se dan a los grandes amigos.

En ese momento, como un rayo que atraviesa tu corazón, y más aún tu alma, ves la luz que tu mismo ocultabas, descubriendo algo que pocos poseen, volviendo a tu serenidad.

Mucha gente leerá esto sin saber lo que las distintas frases incongruentes significan. Pero sé una cosa. Para alguien, tal vez yo mismo, leer esto algún día supondrá una casualidad necesaria.

By SiabierAlmirante.